domingo, 10 de diciembre de 2017

MUSICOTERAPIA EN ALZHEIMER

Está demostrado científicamente que la musicoterapia es una técnica muy efectiva para tratar el Alzheimer ya que la música genera serotonina, la cual regula el estado de ánimo de las personas y de inhibir la ira.

La musicoterapia aporta muchos beneficios para las personas con Alzheimer. Algunos de ellos son que mejora las habilidades verbales, ya que en muchas ocasiones estas personas son capaces de recordar la letra de algunas canciones que escuchaban cuando eran jóvenes. Esta estimulación de la memoria hace que mejoren sus capacidades motoras y verbales. Además, la musicoterapia también  mejora la reminiscencia, es decir, que aunque el paciente no recuerden muchas veces a sus familiares sí pueden recordar historias de su pasado y, como se dice anteriormente, canciones de hace tiempo.

Además, esta terapia favorece la concentración y la creatividad de los pacientes, así como que estos tengan sensaciones de bienestar y calma. Asimismo, como al escuchar música bailan, esto hace que mejore su coordinación de movimientos y se ejerciten sus articulaciones. 

También se puede decir que la musicoterapia puede conseguir que las  personas con Alzheimer o cualquier demencia se relajen, esto se debe a que la ansiedad y la angustia, a las que están acostumbradas estas personas, disminuyen; así como la agresividad tanto física como verbal. Además, otro beneficio sería que con esta terapia los pacientes aumentan su autoestima ya que su comunicación con el entorno mejora considerablemente.

En resumen, la musicoterapia aporta muchos beneficios a las personas que padecen Alzheimer, pero está claro que hay que tener paciencia ya que la apreciación de las mejoras lleva su tiempo. Además, como cada paciente es diferente, se debería hacer una lista de reproducción, con la ayuda de sus familiares, en el que se incluyan las canciones que este escuchaba en su juventud, es decir habría que hacer una lista de reproducción especializada para cada usuario.


Aquí os dejamos un enlace por si necesitáis consultar más información:

REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE "ALGO QUEDA"

La siguiente entrada habla sobre el corto de Ana Lorenz "Algo queda: Alzheimer y cuidadores" y la reflexión personal sobre éste.
Nos ha parecido un relato muy bonito y emotivo. Queda muy bien reflejada la realidad de las personas con Alzheimer, sus fases, por todo lo que va pasando la persona, pero también la importancia del papel del cuidador principal, todo lo que le rodea y lo difícil que debe ser.
Se hace una comparación entre dos realidades, por un lado la madre cuida de la hija cuando es pequeña, y por otro la hija cuida de la madre cuando se enferma. Nos parece una decisión muy valiente la de llevársela a su casa para cuidarla, ya que no tiene que ser nada fácil hacer frente a esa situación y ver como tu madre se va deteriorando poco a poco, hasta que finalmente no queda prácticamente nada de lo que era ella. Aunque también la decisión contraria de dejar que otros cuiden de ella, por las circunstancias personales de cada uno, tampoco tiene que ser nada sencillo.
Debe ser muy complicado interiorizar que no es tu madre la que te está pegando ni insultando, si no que es la enfermedad la que lo hace. Y tan difícil como eso aceptar que tu propia madre no te reconozca. A pesar de tener claro que tu madre hizo algo parecido por ti, cuidándote por encima de tus quejas y protestas, es más duro sabiendo que la evolución irá a peor en vez de a mejor.
Es una enfermedad muy cruel para la persona que la padece y para todos los que le rodean, y en este corto queda patente esa crueldad. Nos adentramos en la vida de una persona con Alzheimer y su hija que la cuida y esto hace que empatices con ellas y que veas un poco de la realidad que sufren estas personas.

Aquí os dejamos el enlace donde podréis verlo: Algo queda


Os invitamos a todos a que lo veais y hagáis vuestra propia reflexión sobre este corto y sobre la enfermedad en general.

sábado, 9 de diciembre de 2017

ENTREVISTA A UNA TERAPEUTA OCUPACIONAL


Ohiane en una chica de 25 años que ha finalizado la carrera de Terapia Ocupacional en la Universidad de Burgos. Durante su último curso ha realizado prácticas en un centro de día de Alzheimer.

Nos ha concedido una entrevista en la que la hemos realizado varias preguntas y nos ha contando su experiencia trabajando en el ámbito de personas con Alzheimer.

A continuación os dejamos un vídeo con la entrevista. ¡Esperemos que os guste!


sábado, 2 de diciembre de 2017

CASO REAL

Oier Zuñiga es un chico de 31 años, residente en Pamplona. Tiene dos hermanos mayores y su madre padeció Alzheimer durante casi 10 años. Además, dos años antes del principio de la enfermedad, su padre falleció a causa de un cáncer.

Le diagnosticaron Alzheimer cuando a una edad muy temprana, con unos 57 años, por lo que, a sus hijos, y a ella misma, les tocó muy jóvenes pasar por todo lo que conlleva esto. A continuación, os dejamos una entrevista realizada a Oier, donde nos cuenta su perspectiva de esta enfermedad y de su caso en concreto. Los cambios que supuso en su vida, cómo los afronto, cómo hay cosas que nunca se superan y el largo duelo que supone vivir de cerca una enfermedad neurodegenerativa como es el Alzheimer.

Dentro de cada una de las preguntas narra historias, vivencias, sentimientos, miedos, esperanzas, …. Nos cuenta su visión de muchos de los aspectos relacionados con la enfermedad de forma muy sincera. Y por encima de todo, queda totalmente reflejado el amor incondicional que siente por su madre.
  1. ¿A qué edad le diagnosticaron Alzheimer a tu madre?
  2. ¿Cómo fue la primera reacción de la familia con esta noticia?
  3. ¿Vivíais juntos o tuvisteis que mudaros?
  4. ¿Cuánto tiempo pasó más o menos hasta que empezasteis a notar los primeros síntomas?
  5. ¿Qué cambios destacarías en tu vida en este primer periodo?
  6. ¿Alguien os enseñó los cuidados que necesitaba vuestra madre o fuisteis autodidactas?
  7. ¿Cómo fue la decisión de llevarla a un centro especializado?
  8. ¿Cómo afectó esto en vuestras vidas (positiva y negativamente)?
  9. ¿Se puede afrontar el hecho de que tu madre no sea ya tu madre o no te reconozca?
  10. ¿Qué destacarías de esta tercera etapa de la enfermedad?
  11. Como conclusión final, en tu caso ¿Qué es lo más duro de esta enfermedad?
  12. Y ¿Qué destacarías como positivo?
Es un video tan interesante como emocionante y espero que disfrutéis de él, que podáis entender y poneros en el papel de esta persona que ha pasado por tantas cosas, que aprendáis tanto como nosotros realizándolo y que valoréis el gran trabajo y esfuerzo de Oier contándonos aspectos tan personales de su vida.



miércoles, 29 de noviembre de 2017

ALZHEIMER DESDE DENTRO

En esta entrada uno de los creadores de este Blog pretende transmitir una historia y una experiencia relacionada con el Alzheimer. ¡Esperemos que os guste!

Por aquella época yo era un joven alumno de 21 años. Me enfrentaba a una decisión difícil, ya que tras finalizar el primer año de Integración Social era el momento de elegir el centro en el que iba a realizar mis prácticas formativas. Unas buenas notas me permitían escoger casi cualquier asociación, cualquier centro o cualquier fundación; discapacidad física, intelectual, sensorial, drogodependencias, infancia, inmigración, inserción sociolaboral, enfermedad mental, Síndrome de Down, autismo..., demasiados ámbitos como para decidirse fácilmente por uno solo.

Sin embargo, sí había un colectivo que me llamaba la atención mucho más que los demás, el Alzheimer. Mucha era la gente que no me lo recomendaba, si es cierto que había obstáculos e inconvenientes, aunque muchas de ellas finalmente se acabarían convirtiendo en ventajas y facilidades. El horario de las prácticas no iba a ser bueno, las actividades ya sabía de antemano que iban a ser muy monótonas, era consciente de la dificultad que suponía tratar con personas con Alzheimer, especialmente en pacientes en fases avanzadas..., nada de eso me importaba.

Sin embargo, sí que había algo que me echaba un poco para atrás, porque ¿quién quiere recordar y volver a vivir situaciones difíciles que han provocado sufrimiento en el pasado? En esta situación me encontraba yo, con el recuerdo aún presente de malas experiencias familiares y con el miedo de no poder soportar ni más ni menos que seis meses realizando prácticas diariamente con personas con Alzheimer. 

Finalmente decidí asumir los riesgos y elegir las prácticas que en el fondo quería escoger. Bendita decisión que tomé en su momento, ya que es muy probable que de no haberla tomado, no me hubiera lanzado a estudiar Terapia Ocupacional.

Así que allí estaba yo, mi primer día en uno de los centros de día de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Burgos (AFABUR), el primer día de los próximos seis meses. Yo por supuesto estaba algo nervioso y asustado, aunque también entusiasmado y con muchas ganas de aprender y de colaborar. Lo primero que hizo la directora del centro fue enseñarme las instalaciones y presentarme a todo el equipo multidisciplinar. Todos se quedaron sorprendidos, incluida la directora, ya que no era muy común que un alumno varón quisiera realizar prácticas en un centro de día para personas con Alzheimer.

En un principio me mantuve en un rol de observador, analizando cómo las profesionales interactuaban con los usuarios y cómo realizaban las actividades. Poco a poco fui aprendiendo muchas cosas: conceptos y aspectos relacionados con la enfermedad, técnicas y consejos por parte de mis compañeras, características y particularidades de cada uno de los usuarios..., todo esto me permitió adaptarme muy rápidamente al ritmo del centro.

Es necesario destacar la orientación y el apoyo que me prestaron todas las profesionales: la directora, la psicóloga, la trabajadora social, la terapeuta ocupacional, la médica, la enfermera, las auxiliares..., ya que desde un primer momento me demostraron una confianza absoluta en todos los aspectos. Al poco tiempo ya realizaba diversas actividades con los usuarios sin la ayuda de ninguna profesional. Realizaba ejercicios de estimulación cognitiva, psicomotricidad fina, estimulación sensorial, ejercicios de orientación espacio-temporal, musicoterapia, actividad física y motricidad, actividades de juego y ocio, terapia ocupacional e incluso tareas asistenciales, que no eran mis cometidos, pero yo lo hacía todo encantado.

¿Y qué decir de los usuarios?, cada uno con sus peculiaridades, cada uno de ellos único. De todos ellos aprendí muchas cosas, de todos ellos me llevé un pedazo. Es verdad que que surgieron situaciones difíciles, situaciones en las que se me encogió el corazón, pero allí me enseñaron que la vida es la vida y en ocasiones hay que afrontar situaciones duras e inevitables.

En un abrir y cerrar de ojos llegó mi último día de prácticas. Seis meses que se habían pasado volando, seis meses que me sentí en casa. Después de una dura despedida ya no me quedaban nada más que palabras de agradecimiento a todas mis compañeras. De cada una de ellas y de cada uno de los usuarios me llevo algo bueno para toda mi vida.

Me gustaría añadir que de no ser por mi falta de tiempo, entre la Universidad y mi situación laboral, participaría en AFABUR como voluntario. De hecho, en un futuro me gustaría mucho colaborar con ellos.

También me gustaría dedicar esta entrada a los usuarios de AFABUR y a sus familias, y especialmente a todo el equipo del centro, que me han hecho ver que el ámbito de trabajo con personas con Alzheimer es uno de los más gratificantes. También han logrado que mis prácticas allí hayan sido una de las mejores experiencias de mi vida, y con ello, que me haya decidido por estudiar Terapia Ocupacional.

¡Muchas gracias!

martes, 28 de noviembre de 2017

EL COSTE OCULTO DE TENER ALZHEIMER


Actualmente, se estima que 46 millones de personas en el mundo sufren demencia, y se piensa que en 2050 serán 150 millones, debido a que cada vez la esperanza de vida es mayor. Como esta enfermedad conlleva la pérdida de autonomía los recursos sanitarios y de asistencia son necesarios para estas personas, por lo que hay unos costes económicos muy grandes, tanto que el precio de ayudar a un paciente con esta patología es entre 27.000 y 37.000 euros al año.  Esto se debe, en parte, a que estos pacientes visitan en muchas ocasiones los hospitales.

Sin embargo, no solo hay costes económicos, sino que son todavía mayores los costes emocionales y los indirectos, como el tiempo dedicado al paciente, el agotamiento y la sobrecarga de responsabilidad  de sus familias y de sus cuidadores; que lleva en muchas ocasiones a dolencias psicológicas y físicas.

Es de vital importancia que se dé mayor prioridad  a la investigación en el Alzheimer y que se desarrolle la Ley de dependencia ya que, como se dice anteriormente, dentro de unos años habrá muchas personas mayores de 65 que hayan desarrollado esta enfermedad y, por tanto, serán mucho más dependientes.



A continuación dejamos el enlace por si necesitáis consultar la noticia completa:


domingo, 26 de noviembre de 2017

PROGRAMA GRADIOR

La prevalencia de la enfermedad de Alzheimer acelera a un paso rápido, ya que la esperanza de vida aumenta, y también el número de personas con demencia. Ante este continuo crecimiento están apareciendo numerosos programas informáticos dirigidos a tratar de prevenir o combatir contra la enfermedad. Alguno de ellos son el CogniFit o el programa Activa La Mente, de La Obra Social La Caixa.

En este caso vamos a profundizar sobre el Gradior, un programa utilizado en más de 450 centros a nivel nacional e internacional dentro del sector socio-sanitario, ya que crece continuamente, innovando e incorporando mayores prestaciones. 

Gradior es un sistema de rehabilitación neuropsicológica a través de ordenador, que permite realizar programas de entrenamiento y recuperación de funciones cognitivas en personas que presentan déficits o deterioros cognitivos. Una pantalla táctil permite la interacción directa del usuario con el ordenador, evitando así el rechazo de la población mayor al hacer el sistema más intuitivo y accesible. El paciente no necesita ningún conocimiento informático mínimo.

Posibilita una intervención terapéutica totalmente no farmacológica, basándose en los conceptos de neuroplasticidad y psicoestimulación. Permite potenciar funciones preservadas, promover la recuperación de las no conservadas, y frenar la evolución del Alzheimer. Igualmente, ayuda a prevenir el deterioro cognitivo.

Este programa nos permite diseñar un entrenamiento totalmente individualizado para cada usuario, teniendo en cuenta sus déficits y sus capacidades conservadas. Para ello, realizamos siempre una valoración previa del rendimiento de cada paciente en las diferentes modalidades cognitivas que se trabajan. Este software realiza una recogida continua de datos, que se revisan periódicamente y permiten conocer la progresión de cada usuario. Toda esta información es recopilada y analizada, permitiéndonos no sólo conocer detalladamente el rendimiento de cada paciente y generar informes sobre el mismo, si no mantener las tareas siempre en el nivel adecuado para que el desempeño sea óptimo.

El profesional puede diseñar intervenciones personalizadas y adaptadas al nivel de desempeño de la persona que sufre un daño o deterioro cognitivo y a partir de ahí, rehabilitar o mantener dicho desempeño, siempre dentro de un programa de rehabilitación integral.

Gradior incluye ejercicios cognitivos de distintas modalidades: atención, memoria, orientación, cálculo, razonamiento, percepción, lenguaje y funciones ejecutivas.

Gracias a todas estas funciones y utilidades, y a la facilidad en el manejo del programa, tanto para profesionales como para usuarios, Gradior es un programa adaptado e idóneo para trabajar en el ámbito de la enfermedad de Alzheimer, tanto en residencias, centros de día, en las viviendas de los propios usuarios o en otros espacios en los que se trabaje la psicoestimulación cognitiva.

Aquí os dejamos un vídeo en el que se explica detalladamente el funcionamiento del programa Gradior.


También os dejamos unos enlaces que aportan más información, e incluso dan la opción de adquirir y aprender a manejar el programa.